Y Después

Esta noche, me morderías la oreja,
   dejandola húmeda con el vaho en tus labios,
y después me susurrarías en el oido
   cada una de las maneras por las que me amas,
y después suspirarías mientras se te escapan
   las palabras, te quiero, te necesito,
y después respirarías para seguir en voz baja
   quedate conmigo por toda la eternidad,
y después me tocarías el vientre vulnerable
   haciéndome temblar con amor y miedo,
y después dejarías abrir tu bata un poco,
   para mostrarme el mundo que me espera adentro,
y depués me despertaría, dándome cuenta
  que todavía no estás conmigo.

— F.C., abril de 2.005

 
Qué Calles Mi Amigo

Qué calles mi amigo
   o despertamos el perro dormido
Qué mires atras mi amigo
   o nos envuelva la oscuridad
Qué te tragues mi amigo
   o surge el grito que nos traicionará
Qué estés quieto mi amigo
   o tropezamos en la profundidad
Qué esperes mi amigo
   o perdemos la eternidad

— F.C., junio de 2.005